Desconocidos
Entre libros, estudio y salas sin saber que
existían cosas que los unían Emma e Ismael recorrían todos los días aquellos
lugares uno entre libros, números y
hojas de ejercicios hechos con el tiempo acumuladas como reliquias en su cuarto,
el otro entre literatura, drama,
escritura, pensamientos críticos y dominantes vivían en la mente de aquel joven.
Sin previo aviso sus vida tomaron un giro, las calles
por donde frecuentaban no tenían una conexión conocida, sus pasos por aquellas
dependencias eran contrarías, sus rostros parecían uno más entre la multitud
que transitaba en aquella universidad algo dispersa, con muchos pasillos y
sobre todo con una dimensión espacial que hacía difícil la posibilidad de encontrarse fuera posible,
por la gran cantidad de facultades a su alrededor. En ocasiones Emma recorría
la biblioteca buscando un libro o simplemente caminando tratando de encontrar
ese algo esencial, pero esa búsqueda no era clara. Ya varios años que lo hacía
sin fijarse puntualmente en nadie solo imaginando y viviendo sus pensamientos
más profundos, recordando experiencias pasadas o simplemente teniendo sus
preocupaciones habituales de sus materias, camina y camina no veía rostros solo gente que transitaba algunos sin
recorrido, otros sin gestos aparentes en sus caras, solo se observaba sus
movimientos al hablar, tal vez al sentarse, detalles sin importancia para
algunos. ¿Qué pensaran? se pregunta ella, con una extrañeza que en la mayoría
del tiempo quedan como preguntas abiertas. Otros se harán esas preguntas que
simplemente no tiene respuesta o son muy obvias. Miraba las caras, las
expresiones, pero estas no le decían nada, algunas se saludan otras pasaban sin
mayor gloria frente a ella.
Pero sin darse cuenta dentro de ese universo gigante
de posibilidades aparece una luz, tal vez no tan evidente, ni tampoco
escandalosa, pero ese rostro no tenia expresión sus ojos no brillaban, y eso
llamo la atención de Emma por aquel joven, porque fijarse en quien no tiene una
chispa fuerte en su mirada si eso es lo que buscaba o estaba acostumbra a
observar, en esa simpleza de su mirar se encontraba la
verdadera belleza, tenía ese misterio poco usual en la juventud, con una dulzura
oculta entre tanta tristeza y pasado desconocido que invitaba a conocer…
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